Los reyes mayas empleaban ese colgante durante ceremonias religiosas clave para atraer las lluvias monzónicas.
Un equipo de arqueólogos dirigido por Geoffrey Braswell, profesor de antropología de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), ha encontrado un resto único en un sitio arqueológico de Nim Li Punit (Belice): un gran pedazo de jade tallado perteneciente a un antiguo rey maya.
Ese colgante con forma de T se encontraba dentro de una tumba que estaba en un palacio construido alrededor del año 400. En ese lugar también había 25 vasijas de cerámica y una gran copa de piedra con forma de deidad.
En función de su tamaño —18,8 centímetros de ancho y 10,4 de alto—, se trata de un hallazgo único, por ser la segunda mayor pieza de jade maya que ha aparecido hasta la fecha en ese país centroamericano. Además, estos especialistas estiman que el mandatario utilizaba ese adorno durante ceremonias religiosas clave.
El comenzó del fin
Estos investigadores señalan que en el colgante están tallados 30 jeroglíficos que detallan los antepasados de todos sus dueños, hasta el primer propietario. En función del glifo maya, su forma indica que significa 'viento y aliento'.
Para esa civilización, el viento era vital porque traía las lluvias monzónicas anuales que hacían crecer los cultivos, con lo cual los reyes mayas, como gobernantes divinos y responsables del clima, realizaban rituales en función de su calendario sagrado para fomentar las precipitaciones.
La inscripción de su parte posterior indica que el colgante se utilizó por primera vez en una de esas ceremonias en 672, cuando se estima que la región sufría un cambio climático acompañado por sequías. Esto indicaría que la joya podría documentar el comienzo del fin de los mayas, que estuvo provocado por los rigores climatológicos, entre otros factores.
Fuente:https://actualidad.rt.com
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