
Con el paso de los siglos los gatos negros han sido demonizados debido a las historias de brujas y brujería. Dependiendo de la época y el lugar donde se originó la superstición, los gatos negros eran emisarios de la buena suerte, mala suerte o representaban la reencarnación animal de las brujas. Los gatos negros fueron perseguidos durante varios siglos en toda Europa a causa de estas supersticiones.