
Algunas personas durante la Edad Media creían que el hombre lobo era una proyección de un demonio, para otros, el hombre lobo era una manifestación directa del Diablo. A principios del siglo XVII, el escritor francés Henri Boguet creía, al igual que muchas personas que Satanás se transformaba en un licántropo, controlando la mente de sus victimas. Según Boguet, el diablo podría controlar la mente de las personas hasta tal punto “que hacia creer a las personas que ellos eran hombres lobo y habían matado a otras personas”.