
La idea de que una persona pueda estallar en llamas es relativamente antigua. A lo largo de la historia se conocen historias sobre personas que tenían la capacidad de controlar el fuego o simplemente actuar como una “chispa humana” para el elemento radical. Este fenómeno es técnicamente conocido como combustión espontánea humana, que es la incineración de un cuerpo humano vivo sin ninguna fuente de ignición externa. Aunque existen una gran cantidad de hipótesis sobre la posible causa de este extraño fenómeno, la comunidad científica no ha sido capaz de descubrir su origen, siendo en la actualidad en verdadero misterio.