El transatlántico Wilhelm Gustloff navegó por primera vez el 14 de marzo de 1938. Había sido diseñado para transportar trabajadores alemanes afiliados al programa Fuerza por la Alegría (Kraft durch Freude, en alemán) en sus viajes de ocio. Sus cruceros vacacionales por el mar Báltico, preparados para albergar hasta 2000 pasajeros, zarpaban siempre llenos. El gigantesco buque contaba con modernas cubiertas de paseo, comedores comunes, gimnasios y una pileta climatizada en su interior.