Desde el exitoso aterrizaje del módulo Philae sobre el cometa 67P el 12 de noviembre del 2014, son muchos los que creen que el cometa es una base o sonda extraterrestre, debido principalmente a unas misteriosas señales que parecen proceder de su interior. Según la versión oficial ofrecida por los expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA), los misteriosos sonidos son producto de la liberación de partículas neutras al espacio, donde estas se cargan de electricidad por un proceso llamado ionización.