
En lo más profundo de Nuevo México se encuentra el pequeño pueblo de Dulce. En él hay unos 3.000 habitantes y es la capital de la Nación Apache Jicarilla. Pero a principios de 1980, el pequeño e insignificante pueblo se convirtió en el centro de todas las teorías de la conspiración. El físico e inventor Paul Bennewitz afirmó haber descubierto una base subterránea ocupada por seres extraterrestres cerca de Dulce. Su historia se extendió rápidamente a través de la comunidad ufológica y los conspiranoicos acusaron al gobierno de los Estados Unidos de cooperar con los extraterrestres en el secuestro de humanos.