En mayo de 1982 una serie de extraños sucesos ocurrieron en varia casas diferentes de la ciudad de Roma, Italia. Cuadros religiosos caían de las paredes, los objetos de las habitaciones estaban siendo
misteriosamente arrojados y se iniciaban incendios espontáneos sin ningún tipo de explicación. En todos estos casos estaba implicada Carole Compton, una joven niñera escocesa de 20 años. Pero no fue hasta que uno de los incendios tuvo de victima a una pequeña niña de tres años llamada Agnese donde la policía investigó los extraños incendios. Carole fue acusada de pirómana e intento de asesinato, sin embargo la niñera insistió en que ella era una víctima de fenómenos paranormales extraños. Los medios de comunicación apodaron el caso como “la niñera que la llamaron bruja”, siendo considerado por muchos como un caso real de actividad poltergeist, además de afirmar que Carole poseía un tipo de habilidad psíquica o mediúmnica incontrolada.