Arqueólogos basan su suposición en el hallazgo de 30 huesos humanos, pertenecientes a dos adultos y a un niño, en cuevas de Santa María, en Alicante, con marcas y señales de prácticas de canibalismo.
La península ibérica es conocida por su excelente y deliciosa gastronomía pero parece que no siempre fue así. De hecho, un estudio de investigadores de la Universidad de Valencia ha puesto al descubierto evidencias que apuntan a que hace 10.000 años la dieta mediterránea constaba de un ingrediente atípico: seres humanos.
El estudio arqueológico llevado a cabo por los investigadores afirma haber encontrado los que serían las primeras señales de comportamiento caníbal en la población que habitaba el Mediterráneo Occidental en aquella época. Sus conclusiones se basan en el descubrimiento de 30 huesos humanos, pertenecientes a dos adultos y a un niño, en las excavaciones de las cuevas de Santa María, en Alicante (España), que presentaban marcas y señales de prácticas de canibalismo, como afirma el estudio publicado en ScienceDirect.
Las marcas son vestigios de mordeduras humanas en los huesos, señales de herramientas empleadas para cortar, despiezar y despellejar la carne. A ello se une la presencia de restos óseos de otros animales enterrados junto a los restos humanos canibalizados.
Sin embargo, el responsable del estudio, el antropólogo Juan V. Morales-Pérez, afirma que aún falta por conocer los motivos que llevaron a este acto de antropofagia, pues también podría haberse tratado de un rito religioso o espiritual. Esta hipótesis se apoya en que los restos encontrados no muestran signos de violencia.
A esto se suma la gran cantidad de restos de animales encontrados alrededor, hecho que indica que estos ancestros de la península ibérica tenían otros animales de los que alimentarse como recurso.
Fuente:
La península ibérica es conocida por su excelente y deliciosa gastronomía pero parece que no siempre fue así. De hecho, un estudio de investigadores de la Universidad de Valencia ha puesto al descubierto evidencias que apuntan a que hace 10.000 años la dieta mediterránea constaba de un ingrediente atípico: seres humanos.
El estudio arqueológico llevado a cabo por los investigadores afirma haber encontrado los que serían las primeras señales de comportamiento caníbal en la población que habitaba el Mediterráneo Occidental en aquella época. Sus conclusiones se basan en el descubrimiento de 30 huesos humanos, pertenecientes a dos adultos y a un niño, en las excavaciones de las cuevas de Santa María, en Alicante (España), que presentaban marcas y señales de prácticas de canibalismo, como afirma el estudio publicado en ScienceDirect.
Las marcas son vestigios de mordeduras humanas en los huesos, señales de herramientas empleadas para cortar, despiezar y despellejar la carne. A ello se une la presencia de restos óseos de otros animales enterrados junto a los restos humanos canibalizados.
Sin embargo, el responsable del estudio, el antropólogo Juan V. Morales-Pérez, afirma que aún falta por conocer los motivos que llevaron a este acto de antropofagia, pues también podría haberse tratado de un rito religioso o espiritual. Esta hipótesis se apoya en que los restos encontrados no muestran signos de violencia.
A esto se suma la gran cantidad de restos de animales encontrados alrededor, hecho que indica que estos ancestros de la península ibérica tenían otros animales de los que alimentarse como recurso.
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