Poco se sabe respecto a las funciones de los monumentos megalíticos que se extienden por el mundo. El autor del presente reportaje, un prestigioso antropólogo, muestra evidencias de que estas antiguas construcciones representan en realidad un camino hacia el más allá, como si fuesen marcas en la tierra para guiar a las almas recién desencarnadas. Además, en el interior de muchos megalitos existen grabados que aluden precisamente a la existencia de puertas dimensionales a través de las cuales los chamanes e iniciados podían contactar con los espíritus y otras entidades sobrenaturales…
Expresados en todas sus formas y variedades, los monumentos megalíticos nos trasladan a un tiempo en el que el misterio estaba presente en la vida de los seres humanos. Los dólmenes, menhires, crómlechs, piedras fitas o círculos de piedra constituyen una interrogación suspendida en el aire desde la más remota antigüedad. Son los restos visibles de un mundo perdido donde lo inimaginable tenía presencia.
Estos gigantes pétreos se integran en el paisaje de tal manera que el entorno en el cual se hallan ubicados no sería comprensible sin ellos. Semejante propiedad parece íntimamente vinculada al papel de comunicación y transición hacia otras realidades que tenían los megalitos. Papel que tal vez continúen desempeñando en nuestros días, aunque no sepamos o no queramos verlo.
Además, los monumentos megalíticos parecen ocultar a veces su misión más auténtica detrás de apariencias que, a la vista de los testigos y observadores poco interesados en profundizar, pueden resultar obvias. Así, muchas de estas construcciones fueron utilizadas como sepulturas provisionales o definitivas para los restos mortales de innumerables generaciones. En principio, semeja que ésta era su principal función, cuando en realidad, si se analiza la información presente tanto en los propios monumentos como en su entorno, cabe pensar que servían para algo más que para albergar cadáveres.
En la más remota antigüedad, el Conocimiento Sagrado estaba bajo el control de los chamanes y maestros de las diferentes culturas. En esos pretéritos tiempos los contactos establecidos desde nuestro mundo hacia otras realidades eran algo necesario y formalmente establecido.
SERES DE OTROS UNIVERSOS
Existía, en efecto, esa comunicación, tal como lo muestran las escenas representadas en numerosos yacimientos del arte parietal y en petroglifos repartidos por el mundo, en los que pueden verse unas grandes figuras, generalmente antropomórficas, que salen de unas puertas representadas mediante grupos de líneas onduladas o quebradas, colocadas muchas veces en la inmediata proximidad de auténticas grietas de la misma roca.
De esas hendiduras, representadas simbólicamente mediante aquellas líneas y establecidas físicamente por las propias fracturas de las paredes rocosas, parecen salir, además de los personajes citados, alguna especie de fuerzas o energías poderosas, ya que todo lo que se halla en su camino o a su alcance se muestra como roto y fragmentado: figuras sin cabeza o con sus extremidades deformadas; siluetas desdobladas; animales que huyen; extraños signos triangulares y puntiformes que señalan, tal vez, algún torbellino…
Fuente: http://www.xn--revistaaocero-pkb.com/
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